A veces resulta interesante recordar momentos que han tenido lugar tiempo atrás. Por eso voy a dedicar una parte de mi blog a escribir sobre ellos. Para empezar, voy a hacerlo sobre un verano que pasé con mis amigos de clase en Jérez. En casa de Víctor. Los que realizamos este viaje éramos cuatro: Aleix, Dani y yo. Y obviamente Víctor xD.
Por fin se habían terminado las clases y los duros exámenes. Después de unos ansiados meses, llegó el momento de disfrutar del verano. Y qué mejor forma de comenzarlo, que haciendo un viaje. Meses atrás de que esto pasara, Víctor nos propuso la idea de irnos a su casa unos cuantos días. Y entre unas cosas y otras, el plan cuajó, y allí terminamos.
La noche de antes habíamos quedado todos juntos. De esta forma, ya estaríamos todos listos a la hora de salir. Después de unas cuantas horas jugando al Burnout Revenge (y ahora sí... 100% completado), nos fuimos a descansar. Primero porque nuestros ojos no daban para más xD. Y segundo porque al día siguiente nos esperaba un largo viaje en coche.
Finalmente la hora de partida llegó. Metimos todas las cosas en el coche (que no eran pocas) y nos pusimos en camino hacia zonas más cálidas. Aquí es donde comienza nuestro viaje.
Del trayecto poco hay que destacar. Según los datos que tenía Víctor, para llegar a Jerez, teníamos que tomar la tercera salida en dirección Utrera/Cádiz. Pasamos, la primera... al rato la segunda... pero la tercera nunca lo vimos. ¿Qué ocurrió? Que casi llegamos a Sevilla xD. Pero bueno, después de este pequeño rodeo, por fin llegamos a su casa. Después de conocer a sus padres, descargamos todos los trastos y descansamos un poco de todo el trayecto.
Durante el resto de días hicimos una gran variedad de cosas. Vimos unas cuantas pelis, visitamos Jerez y Sevilla, jugamos al Risk (verdad Aleix? xD), fuimos a un mini-golf, a la playa y como no... jugamos al RummiKub (no más de un par de docenas de partidas... xD).
Dani después de su victoria
Así es... Aleix comiéndose una pieza del Rummikub xD
Y para ir terminando contaré una pequeña anécdota sobre la playa. Aquí, en Valencia, estamos acostumbrados a que el agua esté relativamente caliente, y a que el nivel del agua no aumente. Vamos, lo que viene siendo el Mediterráneo. Pues para empezar... el agua estaba bastante fría. Y para colmo... estábamos tan tranquilamente hablando a escasos metros de la orilla, cuando de repente, notamos que nos estábamos mojando. Sí... el nivel del agua había subido, y acabamos con las toallas bien mojadas.
En fin... fueron unos días muy buenos. Así que nada más que decir. Solo agradecer tanto a Vic como a su familia, que nos acogieran en su casa todos esos días y nos dieran una estancia tan agradable.
Y aquí... la foto para el recuerdo.